La producción de la soja argentina está amenazada por la escasez de lluvias en el país Sudamericano. Este cultivo es importante en relación al producto interior bruto del país. Por lo que el desplome y la reducción de dicha producción afectará negativamente a la economía de Argentina.
A continuación te explicamos todos los detalles.
El cultivo de la soja argentina afectado por la sequía
la soja argentina se encuentra en los niveles más bajos de estos últimos nueve años. Tras una temporada de sequía en la que ya se han visto perjudicados los cultivos de soja, los agricultores estiman que la producción va a reducirse considerablemente este año. Los pronósticos son, por tanto, pesimistas. Y a esto se suma el hecho de que la sequía parece que va a durar algún tiempo más.
Si nos vamos a una situación concreta, podemos ver cómo los cultivos de la soja argentina no sobrepasan de los veinte centímetros. Los propios agricultores estiman que el rendimiento comparable a los años anteriores va a reducirse a la mitad. Y eso hará que sus beneficios apenas cubran los costes de producción de la soja argentina.
Consecuencias de la baja producción
Y una baja producción de soja argentina conllevará la consiguiente bajada en el suministro de harina de soja. Esto hecho es significativo, puesto que Argentina es el mayor exportador de este ingrediente. Y ante la reducción de la cantidad de oferta, sucederá sin duda un aumento de los precios. ¿A quién afectara ese hecho? Pues aparte de los consumidores, los productores de carne que emplean la harina de soja como forraje animal se verán, lamentablemente, también afectados.
La cosecha de la soja argentina
Para que podáis entender mejor el funcionamiento, tenéis que saber que la soja se siembra en dos partes. Estas normalmente se realizan en octubre y la segunda en diciembre o enero. No obstante, ante la sequía se han visto alteradas las fechas. La primera se cosechó en febrero, mientras que la segunda se preveé que se realice en mayo. Por lo tanto, va a resultar inevitable que la producción se vea afectada a las duras condiciones ambientales. Y eso, a pesar de que la soja es un cultivo muy resiste a todo tipo de condiciones adversas.
De hecho, se cambió el pronóstico de la producción de la soja argentina. La Bolsa de cereales de Buenos Aires había estimado que iban a generarse uno 50 millones de toneladas. Sin embargo, lo han cambiado a 42 millones. Es tal la situación que algunos han optado por utilizar la soja como forraje para su propio ganado.
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